Empezando a hacer dedo: una caminata a Vila-Seca.
La salida de Tarragona iba a ser a dedo. De Barcelona hubiera costado mucho, al ser una ciudad tan grande, así que ya había decidido hacerlo desde Tarragona que asumí que iba a ser más fácil. Y quizás lo hubiera sido, fácil digo, si lo hubiera pensado mejor. Cometí algunos errores que ahora tengo anotados para no repetir: - salí tarde, y oscureció muy rápido. - caminé hasta encontrar un buen lugar, en lugar de tomar un bus y no perder el tiempo así. - decidí caminar ya estando en la ruta, y me quedé sin un buen lugar donde frenar. ... y alguna que otra cosa más aprendí, pero estas son las más importantes. Y caminando llegué hasta el siguiente pueblo, Vila-Seca, que no es muy conocido por sus atractivos turísticos. Pero a mí me brindó mucha hospitalidad y amabilidad, aunque tuve que pagar por el alojamiento. Cené en un bar de ahí cerca (todo es cerca en Vila-Seca) intercambiando chistes por charlas con los habitues del lugar. Saque una que otra foto. Y a la mañana siguiente, me